miércoles, 29 de junio de 2011

Capítulo 2: Algo provocativo


-Lucía arréglate y ponte formal. Esta noche tenemos una cena de negocios- dijo mi padre.


-Papa, lo siento pero yo no voy. Tenía pensado quedarme en casa y no me apetece.

-No lo sientas porque si vas a venir. Tu madre no está y serás tú la que me acompañe- dijo mi padre mientras me agarraba del brazo con fuerza para obligarme a levantarme de la cama.

-Vale, papa, iré- acepté pesadamente- pero suéltame que me haces daño- dije mientras intentaba zafarme de su agarre.

-Ponte algún vestido de esos cortitos y con escote, la situación lo requiere- me explicó- las personas con las que hemos quedado son el nuevo fichaje para la discográfica, un chico de 19 años, y su familia. Te quedarás en el despacho hasta que discuta los puntos del contrato en la sala de conferencias y después te avisaré para irnos a cenar- siguió dándome instrucciones de lo que debía hacer hasta que salió de mi cuarto.
 
Una vez salió de mi cuarto elegí el vestuario. Elegí un vestido provocativo, como mi padre me había pedido, de color azul con un escote que llegaba hasta el cinturón que pasaba por debajo de mis pechos con unos zapatos negros de tacón de infarto, no es que fuera una chica muy baja, pero con la altura de mis padres, era un gnomo de terraza en comparación con ellos.

Me fui al cuarto de baño de mi habitación para empezar a prepararme. Mi padre solo me había avisado con una hora de antelación. <<Gracias papa>>, pensé.

Mientras me duchaba y el chorro de agua caliente corría por todo mi cuerpo, pensaba como sería aquel chico. Después de dos años acompañándole a la mayoría de ese tipo de cenas –cenas en las que trataba de conseguir jóvenes promesas- sabía perfectamente que sería el típico chico que traería locas a todas las chicas por su aspecto físico y que tendría el ego por las nubes, no, más alto, eso sería demasiado bajo para su ego, y todo porque sabe que es así. Sería el prototipo de rubio, alto, guapo, extrovertido, con los ojos claros, con los músculos bien desarrollados y seguiría diciendo características pero creo que todos sabemos a qué me refiero.

Aunque esos fuesen mis pensamientos, tenía una remota esperanza de que no fuese así, porque si no tendría que soportar toda la cena escuchándolo hablar sobre su famoso futuro, que hará con el dinero que gane, cuantas chicas tendrá babeando por su culo y a cuántas de ellas se follará. Y “ESA” es la peor parte de todas, porque esa será la parte en la que con su sonrisa de arrogante y sus ojos que no pasan de mi barbilla, y la mayor parte del tiempo fijos en mi escote, intentará ligarme. Y por segunda vez en la noche pensaré <<Gracias papa>>.

Sí, me espera una GRAAAAN noche.

Una vez peinada, maquillada, peinada y vestida, me miré en el espejo. Según mi padre estaría perfecta para la ocasión y si he acertado con la definición del chico, mi vestimenta cumpliría su objetivo y cerrarían el trato con más facilidad.

Pero para mi opinión parecía una… como lo diría… ¿puta? Sí, esa era la palabra que buscaba, PUTA. En estos momentos, por encima de muchas cosas detestaba a mi padre.

No me gustaba para nada esa forma de vestir, por la calle iba pidiendo a gritos que me violaran y, para nada, coincidía con mi forma de ser. Y mi padre me obligaba a vestirme así, ¿era para odiarle o no lo era? Y la pregunta que siempre rondará por mi cabeza será: ¿Por qué tuvo que cambiar su forma de ser?

Después de todos los preparativos bajé las escaleras y allí estaba mi padre, esperándome ya con la puerta abierta para no perder nada de tiempo, tan impaciente como siempre con todo lo relacionado con el trabajo.
Una vez en el coche, mi padre no paraba de decirme lo importante que era que ese muchacho firmase con ellos, y el dinero que ganarían gracias a él….

Creo que llego un momento que se canso de repetirme una y otra vez lo mismo y empezó a hablarme de el chico. Como era, lo bien que cantaba y que me iba a encantar. Me dijo que era muy tímido, cosa que no encajó en mi definición y que tampoco era como los demás, que a él le harían publicidad por su música y no como siempre habían hecho con los demás chicos de vender solo una imagen. Que él tenía mucho talento y no podían desperdiciar esta oportunidad, y por un momento me lo creí.

No le hice caso, siempre me los vendía igual de bien y siempre acababa decepcionándome, lo que de verdad me sorprendió fue que no mencionase el tema de mi futuro.

Ya se que es cortito el capítulo pero entre que lo tengo que hacer a mano y despues pasarlo al ordenador y que tenía que ser capitulo de relleno para ir presentando al personaje...no da para mucho xD
En el siguiente ya se sabra quien es el chico o por lo menos se intuira creo yo jajajaa
Evii me acaba de decir que si yo subia ella tambien pero lo que no sabia ella es que yo iba a subir tan rapido asi que mas vale que cumplas...Un beso a las que leais y muchas gracias Maribel por la publi 
SE OS QUIERE ♥

martes, 21 de junio de 2011

Cápitulo 1: Unos meses antes

Había discutido de nuevo con mi padre, últimamente era lo único que hacíamos. Él quería que a mis 17 años, mi futuro tomase una dirección con destino a su empresa y a mí, esa idea no me agradaba. Yo quería terminar mis estudios, hacer una carrera en la que consiguiese un trabajo que cada mañana al despertar se me marcara una sonrisa porque me gustara.

Mi padre era dueño y director de una de las discográficas más prestigiosas de Londres. Sí, vivíamos en Londres. Cuando yo tenía 9 años, a mi padre se le ocurrió dar un paso más en su oficio, sin tener en cuenta a los demás. Decidió crear una discográfica, pero eso no era lo malo, lo malo era que nos tendríamos que mudar de nuestro país. Dejar mis amistades, colegio, casa atrás, pero lo que más eché de menos fue a mi mejor amiga Cristina.

Podríais pensar que como se puede tener tanto cariño a una amiga con tan poca edad y sin haber vivido suficientes experiencias juntas, pero para mí no era una chica cualquiera. Ella era la única que cuando todos los niños de mi clase se metían conmigo me defendía y eso crea un lazo especial. Ella era la única que conseguía animarme cuando estaba triste y eso al llegar a una ciudad donde no conoces nada ni a nadie, se echa en falta. Pasábamos todas las tardes juntas, si no estábamos en mi casa era en la suya.

Cuando llegué aquí no tenía a nadie con quien jugar ni compartir las tonterías que solo a mí se me podían ocurrir. Ni si quiera mis padres tenían tiempo para gastarlo en mi. Su prioridad desde un principio siempre fue su trabajo, y no les culpo porque si no como viviría yo, pero al menos una hora no estaría nada mal. Siempre me dejaban al cargo de niñeras y yo intentaba tratarlas lo mejor posible. No tenían la culpa.

El problema de mis nuevas amistades, era que según pasaba el tiempo, mi padre fue seleccionando a los que más le convenían y le beneficiaban a sus negocios. Siempre me decía: “no te juntes con ellos, ellos pertenecen a una clase inferior a ti.”

No sabía desde cuando mi padre era así, desde cuando había cambiado su forma de ser, desde cuando había dejado de ser esa persona que lo único que quería era tener a su familia a su lado. ¿Desde cuándo…? Demasiadas preguntas para una sola respuesta: desde que llegamos a Londres; pero llegó un momento en el que me acostumbre a no tener cerca de mis padres, a no poder elegir mis propias amistades y a que mi padre me tratase así.

Siempre que estábamos juntos, y menos mal que era poco, discutíamos y siempre por el mismo tema: mi futuro, más bien mi futuro en su discografía.

Estábamos comiendo y, como a menudo hacía, sacó su tema preferido.

- ¿Cuando piensas acercarte a la discográfica para que te vaya introduciendo en el mundillo de la música.

- Papá he estado de exámenes y la próxima semana sigo estando asique…

- ¡NO!- me interrumpió- Lo que quiero es que te olvides de esa idea tuya de estudiar Veterinaria - cada vez va subiendo más el tono de voz.- Sabes que no vas a llegar a nada, que vas a ser una fracasada que va tirar su vida por la borda por un simple capricho y vas a ser la vergüenza de la familia.

-Pero es lo que más quiero...- empezaba a notar cómo las lágrimas se me empezaban a acumular en los ojos y que de aquí a poco estaría llorando.

-Ni peros ni nada, tu seguirás con el negocio y no volveremos a tener esta conversación de nuevo.

Cogí mi tenedor y empecé a marear la comida; en ese instante note como las lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas. Quería levantarme, gritar y decirle a mi padre todo lo que sentía, en especial que en mi vida me dejaba tomar mis propias decisiones.

Me aguante, no sé como lo hice, pero me quede sentada y sin decir una palabra, tampoco comí.

Cuando mi padre termino, recogí la mesa y subí a mi cuarto; cogí el mp3 y me puse a escuchar música; sentí que el móvil vibraba varias veces pero pensé que serian “mis amigas “por lo que no conteste. No me apetecía quedar aunque era fin de semana.

No es que me cayesen mal ni nada por el estilo, eran majas y podías contar por ellas, pero no teníamos nada en común. Ni en gustos, ni en la forma de ser, de vestir… en nada. Era la única pega que tenía, por lo demás sabía que estarían cerca de mí para apoyarme.

Al poco rato llamaron a la puerta y rápidamente me quité los restos de haber llorado que quedaban en mi rostro. Era mi madre…

-Hija, ¿estás bien?- me preguntó mientras que entraba.

-No mamá, sabes perfectamente que lo que más quiero es estudiar veterinaria y no en esa estúpida discográfica- la dije- y no sé cómo no me has defendido en la mesa- tras decir esas palabras su cara se tornó triste.

-Sabes cómo es tu padre- me reprochó- Y sabes que si me meto en la discusión luego soy yo la que se tiene que atener a las consecuencias.

-Lo sé- yo también me entristecí, sabía lo que habría pasado si se hubiera metido.

-Bueno, solo venía a decirte que este fin de semana tengo que irme de viaje.

-¿Y me dejas sola con papá? No, por favor- dije desesperada.

-No te preocupes, no va a pasar nada, te dejo con lo que estás haciendo- me dio un beso en la frente y antes de salir por la puerta susurro un “te quiero”.

-Lucía arréglate y ponte formal, esta noche tendremos una cena de negocios- dijo mi padre.


Estoy ampliando todos los capítulos para alargar un poco la historia y creo que me estoy enroyando demasiado asique si no os gusta o os parece aburrido me lo decís. Un besooo

domingo, 19 de junio de 2011

Introducción


Huir, era lo que sentía y necesitaba hacer en esos momentos. Olvidarme de lo sucedido, porque ahora si me sentía sola. No tenía a nadie a mi alrededor que pudiera consolarme, alejarme de las pesadillas de mi pasado, o de mi propio pasado. Me encontraba sola en este mundo. Todos a los que alguna vez había querido, me han abandonado dejándome a mi suerte, sin preocuparse ni un instante de lo que eso pudiese conllevar.

Y ahora estoy aquí, sentada en una estación de autobuses esperando a que aparezca un rastro de luz, que me de esperanza para seguir con mi vida y no acabar con ella. Que me lleve lejos de esta agonía y me lleve a algún lugar donde por fin pueda ser feliz, porque a pesar de los errores que he cometido a lo largo de mi corta vida, me merezco ser feliz.

Las lágrimas no cesan de caer por mis mejillas y tampoco hago nada para evitarlo. Y todo por haberle perdido. No solo le había perdido como novio, sino como mejor amigo, hermano… le había perdido a él, que en tan poco tiempo había conseguido hacerse un huequecito en mi corazón y lo había sido todo para mi.

Me es difícil acordarme de todos eso momentos que estuvimos juntos, porque duele, y mucho. Él había cambiado mi vida en todos los sentidos, me saco de aquel agujero negro en el que me encontraba a mis 17 años de edad, y que ahora que él no estaba a mi lado… había vuelto a caer.

Me llamo Lucía Andrade y os voy a contar mi historia, como de tenerlo todo pase a no tener nada y como por suerte o por desgracia he llegado hasta aquí.

Holaaa!! a cualquier personilla que me lea xD

Bueno, he decidido subir esta historia aquí. La hice, a parte porque me aburría, porque me lo pidió una amiga para un trabajo...lo que quiere decir que está terminada y que no la voy a dejar a medias. Hay partes que las tengo que ampliar porque no eran apropiadas para dárselo a corregir a una profesora pero por el resto esta terminada. El final es abierto por si me apetece seguir escribiendo y sino dejarlo como está.

Así que dicho todo esto os dejo la introducción. Un beso y espero que os guste