lunes, 7 de noviembre de 2011

Capítulo 13: ¿Celosa?


-Hola –saludé yo con una sonrisa falsa para Ashley no se qué y cuándo me giré para saludar a Debbie fue la sonrisa más agradable que pude poner.

-No sabía que estarías aquí- me dijo la madre de los hermanos –pensé que solo estarían Carrie y Tom.
-Yo tampoco pensaba quedarme, pero Carrie puede llegar a ser muy insistente
-Bueno, así Ashley conoce a más gente aquí y podréis quedar alguna vez.

A mi Debbie me caía muy bien, pero esa manía suya de que la gente se junte para quedar sin conocerse… no me gustaba nada y menos si se trataba de quedar con esta put…persona. Ashley pasó por mi lado con aires de suficiencia y mirándome con superioridad. Si pretendía ser discreta, no lo había conseguido para nada.

Sin dirigir ni una palabra más me fui a la habitación de Carrie, no creo que aguantase mucho tiempo mirando a Ashley. Llamé a la puerta y tras un “pasa” por parte de Carrie, me adentré en la habitación. Ella estaba ya lista para bajar, estaba recogiendo un poco la habitación.

-Yo que tú me escapaba por la ventana y fingía que no he estado aquí- dije riéndome
-¿Qué ha pasado?
-En serio, no veas lo que nos va a tocar aguantar ahí abajo, te confundiste totalmente con lo que dijiste de la americana
-¿No es como dije? ¿Cómo es? –me pregunto Carrie divertida.
- Solo acertaste en que era malcriada, por lo demás… de pija no tiene nada. Y cuando la vea Tom, no va a poder desviar su mirada de esa asquerosa…
-¿Celosa? –me pregunto Carrie levantando los cejas a la vez que se reía.

Ya empezaba a ponerme nerviosa, ¿Qué le contestaba? O directamente podía darme la vuelta y pasar de su pregunta, pero claramente ella no iba a dejar pasar esa oportunidad de conseguir lo que ella quería. Que le dijese que me gustaba su hermano.

Y yo en esos momentos no estaba como para pensar con claridad y ponerme a debatir conmigo misma qué es lo que sentía hacia él. Aunque una pequeña parte de mí contestaría a esa pregunta sin pensar y con una respuesta afirmativa. Así que, opté por hacerme la tonta.

-¿Qué? –le dije poniendo cara de desconcierto, porque aunque hubiese querido aparentar tranquilidad, no podía.
-No te hagas la tonta, que sé que me has escuchado perfectamente –se fue acercando a mí –te voy a contar un secreto –me iba diciendo mientras llegaba a mí, hasta que llego a su cama, donde yo estaba y se sentó al lado mío. –que no debería contarte porque se lo he prometido a Tom.

¡Ay, Dios! A saber qué es lo que me quería decir Carrie, no me parecía nada bueno para mí por su cara de pillina que tenía.

-Tom me ha contado lo que pasó ayer –y se quedó mirando esperando alguna reacción en mí, como nerviosismo. –Lo que pasó en el sillón –me aclaró como si tuviese que comprender algo.
-Carrie, ¿Qué me quieres decir? Ayer lo único que hicimos fue tomar chocolate. Ya te hemos dicho que no pasó nada.

Su espalda se irguió. ¿Qué es lo que estaba pasando por su cabeza? Se levanto de la cama y cogió a silla del escritorio, la colocó delante de mí.

-No te acuerdas de nada ¿no? –me dijo nerviosa, ¿de que no me acordaba? –no sé cómo te voy a explicar esto sin que Tom me mate…
-Pues empezando a hablar porque me estas poniendo nerviosa Carrie. –y era verdad, no sabía que podía haber pasado por la noche que no me acordase. Tomamos chocolate, le conté lo que había pasado y después me quede dormida.
-A ver… me ha dicho mi hermano… pues que… -le estaba costando, le tendría que dar yo un empujoncito.
-¡Arranca Carrie, arranca! –insistí.
-Vale, allá voy –y resopló fuertemente como quitándose todos los nervios que tenía encima. – Ayer te besó.

¿Había escuchado lo que creía haber escuchado? Se lo está inventando todo, se que quiere que estemos juntos pero… No, eso no puede ser verdad, si no me acordaría.

Una ola de calor me invadió. ¿Y si realmente pasó de verdad? ¿Y si es verdad que no me acuerdo de nada? Pero no estaba segura de que no me acordase de nada.

<< Con lo a gusto que me encontraba seguro que ya está durmiendo y soñando con mi príncipe azul. Un lugar reconfortante, abrazado a la persona más increíble que haya podido conocer. >>

¿Eran sus brazos lo que sentía en realidad? ¿Era él mi príncipe azul con el que había soñado? No podía decir que no me gustase esa idea. Tom, mi príncipe azul, pero todo había sido muy poco real. Él no se hubiese atrevido a hacer lo que Carrie me estaba diciendo, no cuando yo no le gustaba a él.

Imágenes fugaces llegaron a mi mente, recordando cómo había seguido aquel sueño.

<< Entonces lo sentí. Un ligero roce, un simple beso, como una caricia. Me gustaba, mi príncipe azul me estaba besando y aunque no fuera un beso de película, ya era algo. >>

Si es posible que hubiese pasado en realidad, pero ¿Cómo? ¿Por qué? No conseguía responder a unas preguntas tan simples como esas. Lo peor de todo es que mi cerebro aún no había asimilado lo que él mismo había descubierto, aunque con ayuda de Carrie, y en ese momento intentaba encontrar respuestas.

-Yo creo que ya te he dado tiempo suficiente como para asimilarlo –comentó Carrie –no creo que sea para tanto, yo sabía que terminaría pasando pero la cosa es… ¿tu recuerdas algo?

¿Qué le decía? Gran dilema. Si le contestaba negativamente comenzaría a insistir en que recordase, en convencerme de que había pasado y no sabía que más esperarme de Carrie; pero si lo hacía afirmativamente empezaría la tanda de preguntas, con su sonrisa triunfante e histeria por saber más detalles, también había la posibilidad de que fuese corriendo hasta Tom por mucho que yo le pidiese discreción al igual que había hecho cuando se lo había pedido él. Con ambas opciones tendría que hablar de lo sucedido así que…

-Ajam… -dije mientras asentía lentamente a la vez que me mordía el labio inferior esperando a ser masacrada a preguntas.
-¿Y por qué no me has dicho nada? Sabes que me lo puedes contar todo aunque tenga que ver con mi hermano –y se me olvidaba eso, reproche.
-Lo siento, pero realmente no es que me acuerde… -y era cierto en parte, porque si que me acordaba pero no pensaba que estuviese pasando realmente.
-¿Cómo? –me preguntó con cara de incomprensión.

De nuevo esas imágenes del “sueño” que había tenido. Todo lo que sentía comenzaba a mezclarse.

-Cuando pasó eso, digamos que estaba un poco dormida y pensé que había sido un sueño- le aclaré.
-Amm –se quedó pensativa mientras que comprendía todo poco a poco y a toda prisa se levanto y dijo -¡Tengo que hablar con mi hermano!

No me dio tiempo a reprocharle nada, ya había salido por la puerta corriendo poniéndome como obstáculo todo lo que había encontrado a su paso para que no fuera capaz de seguirla. Y lo consiguió. También me cerró la puerta y hasta que descubrí que tenía que apretar un botón del manillar para abrirla no pude salir.

(Pov Carrie)

Tenía que hablar con mi hermano cuanto antes, eso no podía quedar así. Me sentía como la celestina pero es que era su destino el estar juntos. Esto lo arreglaba como me llamaba Carrie.

Bajé las escaleras lo más de prisa que pude y cuando llegué abajo me encontré una escena un tanto peculiar. Mi madre debía estar en el baño o haciendo otra cosa y Tom y la que supuse que era la americana en la cocina. Tom, por lo que yo vi, intentaba quitársela de encima y la otra no hacía otra cosa que arrimarse más a mi hermano.

Me imaginé que eso era a lo que se refería Lucía con lo de que pija, no era.

-Tom, tengo algo muy importante que contarte – y en ese momento apareció Lucía por la puerta que me echó una mirada que cualquiera hubiese deseado estar muerto ya. –Después hablamos
-Vale –y me miró con cara de “sálvame de esta puta, por favor”. Era gracioso verle en esa situación.

Me presenté como buenamente pude e intenté sacársela a mi hermano de encima, porque él no era el único que lo estaba pasando mal. Lucía aunque intentase fingir que no, se estaba muriendo de celos por dentro y se la notaba ligeramente.

Ya con la comida servida en la mesa nos íbamos a sentar cuando surgió un pequeño percance. Lucía iba decidida a sentarse al lado de Tom, a él se le veía hasta contento. Todo bien hasta que:

-Ahí me iba a sentar yo –soltó Ashley

Lucía como buena persona que era, se sentó al lado mía, quedándonos en una esquina. Tampoco pasó nada del otro mundo, hablábamos tranquilamente. Se notaba que Ashley le tiraba a Tom, no hacía otra cosa que rozarle “sin querer”.

No sé cómo pasó, pero sin querer le di una pequeña patada a Lucía, haciendo que su sandalia se cayese al suelo. Las dos nos agachamos por debajo de la mesa para recogerla y desearía no haberle dado la patada nunca.
La mano de Ashley estaba un poco, quien dice poco dice mucho, cerca de zona peligrosa. Mi cara era monumental pero la de Lucía no se quedaba atrás. Ella se quedó paralizada, yo de la impresión y el bote que pegué me di con el borde de la mesa. Disimulé mi cara lo mejor posible, al igual que Lucía, pero mi respuesta fue inmediata. Al levantarme solté un pequeño quejido.

-Tom, por favor, ¿me acompañas al baño a mirarme si me he hecho algo? –su respuesta fue un rápido salto y un sí.

Dentro del baño me empezó a mirar la cabeza, pensando que en realidad me había podido hacer algo. Me había dado pero no como para hacerme una herida.

-Déjate de tonterías –le dije quitándole de un golpe la mano –he hablado con Lucía y si, si que se acuerda de lo que pasó, pensaba que estaba soñando pero sí que se acuerda. Así que adelante hombretón –y riéndome salí del baño.

Su cara era un poema pero creo que había entendido lo que tenía que hacer.

(Pov normal)

Ya habían vuelto los hermanos del baño. Carrie con una sonrisa en la cara y Tom más blanco de lo que ya era de por sí. No había hablado desde que había vuelto y eso era preocupante, normalmente hablaba hasta por los codos.

-¿Me acompaña alguien a por el postre? –dijo mirándome fijamente a mí. Yo lo tome como una indirecta, sabía que algo le había contado Carrie y me imaginaba que sería para hablar.
-Yo voy –se me adelanto Ashley y Tom se volvió hacia ella con el rostro reflejando el fastidio que sentía, pero el caballeroso se levantó y fueron a por los postres.

Todo normal hasta que se escucho como un plato se estrellaba contra el suelo. Carrie se levanto pero creí que debería hacerlo yo, sabía lo que panorama me iba a encontrar allí, así que podéis llamarme masoca si queréis.

Abrí la puerta de la cocina y no me equivocaba para nada.