martes, 26 de julio de 2011

Capítulo 6: Lo echaba de menos


-Lo echas de menos ¿verdad? -dijo Carrie casi en un susurro. 



Abrí los ojos rápidamente para encontrarme con los de Carrie. Ella estaba esperando una respuesta, pero no sabía exactamente a lo que se refería.

-¿Cómo? -pregunte extrañada.

-Echas de menos tocar el piano y ahora que lo escuchas, aún más -dijo bastante convencida.

Y no le faltaba nada de razón, lo he echado de menos pero no podía faltar a la promesa que un día me hice.

-No -le contesté seca.

No es que no quisiera reconocerlo, pero no tenía la suficiente confianza como para contárselo, y parecía que era buena chica, pero es un tema del que no me gusta hablar, ni si quiera mi madre sabe nada sobre ello.

-No te conozco de mucho, pero sé que me estas mintiendo, sé que en realidad te mueres por entrar ahí, quitar a mi hermano de un empujón y ponerte a tocar.

¿Tan fácil de leer soy? Si ella que me conocía de un día podía saber eso de mí, que sabrían los que me conocen de más tiempo. ¿Mi padre se podía dar cuenta de eso? ¿Se había parado durante el tiempo suficiente como para darse cuenta de lo que quería?

Le miré y estaba a su trabajo, como siempre, pero esta vez tenía justificación.

Dejé de darle vueltas y me centré en que contestarle a Carrie, que seguía observándome. Si tan obvio era para ella por la seguridad con la que lo había dicho, no merecía la pena negarlo.

Así que ya que lo admitía, por lo menos lo haría con un poco de humor.

-Bueno, yo no habría tirado a Tom solo por eso -y comencé a reír.

-¿Lo admites?

-Si

Sí, lo había admitido. Había admitido que desde hace bastantes años me moría por sentarme en el taburete delante del piano y comenzar a sentir la música fluir de mis dedos.

Me quedé extrañada por no haber escuchado un "¿Por qué?" que proviniese de ella y de ella y como libro abierto que soy para ella, lo notó.

-No necesito saber la razón, sólo quería saber más de ti -me dijo aclarando mis dudas.

-Lo siento pero es que no te conozco de mucho y para mí es un tema difícil de hablar -le aclaré.

-Creo que hoy vamos a estar bastante tiempo juntas -dijo señalando a la cabina donde se encontraba su hermano -y para que pierdas esa desconfianza que tienes en mí te contaré algunas anécdotas.

Me estuvo contando algunas anécdotas de cuando iba al colegio, no podía para de reír. Cada vez me sentía más a gusto y con más confianza y yo también participaba contando algunas de las mías. Nos lo estábamos pasando bien.

Me di cuenta de que en todas las historias que me contaba le faltaba algo. Un padre. Y como soy tan estúpida, no se me ocurre otra cosa mejor que preguntar por él. En cuanto lo hice su semblante cambió y me dijo casi en un susurro:

-¿Podemos ir a un sitio más privado? No creo que a alguno de ellos -dijo señalando a todas las personas que había a nuestro alrededor -le importe lo que te voy a contar.

Asentí con un simple movimiento de cabeza.

Nos encaminamos hacia el despacho de mi padre y todo ese trayecto estuvimos en silencio. Me dio tiempo suficiente para sentirme culpable por sacar ese tema y como una mierda porque iba a hacer que hablase de ello.

Llegamos al despacho al despacho y nos sentamos en los sillones que tiene enfrente del escritorio y debajo de todos sus premios obtenidos.

-Supongo que después de contarte lo que te voy a contar tengas la suficiente confianza como para contarme tú por qué -dijo forzando una sonrisa -sé que necesitas contárselo a alguien para desahogarte.

-No hace falta que me lo cuentes si no quieres -e ofrecí.

-Pero yo quiero hacerlo y por favor te voy a pedir que no me interrumpas.



FLASHBACK (POV Carrie-6 años)



Era un día especial, desde hacía una semana que no veía a mi padre. Cuando yo todavía no había nacido, a mi padre le trasladaron a una fábrica al norte del país y solo venía a Londres los fines de semana.

Esa semana había sido mi cumpleaños y ese día lo celebraba con mi padre. Ya era mayor, ya tenía 6 años. Sería día de padre e hija. Solo nosotros dos.

Me dijo que íbamos a celebrarlo fuera, que me llevaría a un parque muy grande. No el mismo parque de siempre que estaba al cruzar la calle desde la puerta de mi casa. Me llevaba al Hyde Park.

Era un secreto y mi padre me hizo prometer que no se lo contaría a nadie. Yo cumplí mi promesa.

Cogimos el coche para poder llegar hasta allí y cuando aparcó sacó una cesta del maletero. Me alegró bastante, haríamos un picnic en el parque, siempre había querido hacer uno y mi padre lo sabía.

Estuvo toda la mañana jugando conmigo a juegos sin sentido, me contaba cosas graciosas y jugamos al escondite.

Me tocaba a mí ir a buscarle y me apoyé contra un árbol para contar hasta 10.

1, 2, 3, escuchaba como los pasos de mi padre se iban alejando, 4, 5, 6, ya no podía escuchar nada, solo los pajaros moviéndose por las ramas que había sobre mí, 7, 8, 9, oía los gritos de los niños que jugaban a la pelota.

-10, escondidos o no allá voy -grité sonriente.

Cuando me giré pude ver como un bulto se movía detrás de un banco. Sonreí triunfante, había conseguido pillarlo

Salí corriendo hacia él y cuando lo tuve delante me tiré encima de él.

Me empecé a reír como una loca y mi padre me acompañó con su risa mientras me hacía cosquillas. Me cogió en brazos para llegar hasta donde se encontraban nuestras cosas y me tendió algo en la mano:

-¡Para ti, preciosa! -era una simple piruleta de corazón pero no tardé en abrirla y metérmela en la boca. -Ahora te toca escóndete bien si no quieres perder.

En cuanto se dio la vuelta para contar, yo miré al frente. Delante tenía el banco donde mi padre se acababa de esconder. A mi izquierda era zona de césped y a lo lejos algún que otro árbol y a mi derecha tenía un parque infantil.

Vi que había un tobogán de los que abajo tienen una casita y, en ese instante, decidí que ese iba a ser mi escondite.

Me metí por la puerta que había debajo de las escaleras y me senté a esperar a que mi padre me encontrase. Desde fuera no se me vería ni un pelo, pero seguro que me encontraba.

Desde mi posición se podía ver a un niño jugando con la tierra y a su madre regañándole para que no se metiese la mano en la boca.

Pasaban los minutos y mi padre no me encontraba. Mi único entretenimiento era aquel niño, observarle mientras esperaba a ser encontrada.

Cada vez era más de noche y refrescaba un poco pero yo aguantaría, no me iba a rendir. El niño levantó la cabeza y nuestras miradas se cruzaron, se acerco a mí.

-¿Qué haces ahí tirada y sola? -me pregunto ese niño.

-Estoy jugando al escondite y todavía no me han encontrado. Soy buena escondiéndome -dije riéndome -¿Ha visto a un señor buscando?

-No

-Jeremy, hijo, recoge todo que se hace de noche y nos volvemos a casa -se escuchó a su madre.

-Adiós -me dijo el niño y se marchó.

Ahora sí que estaba sola, ya no tenía con que entretenerme, esperaba que mi padre me encontrase rápido porque cada vez hacía más frío y quería ir a casa ya.

Decidí salir de mi escondite, se había convertido en algo aburrido. Me dirigí hacia donde tendrían que estar la cesta y todas nuestras cosas, pero no había nada.

Giré sobre mí misma para comprobar si no me había confundido de sitio, pero no lo había hecho, ahí es donde habíamos estado todo el día. A mi alrededor no había nadie. Ya había oscurecido y no distinguía nada. Me empecé a poner nerviosa. Empecé a caminar por a explanada de césped. Me acerqué a la zona de árboles, se escuchó el ruido de unas ramas crujir y salí corriendo de allí.

Tenía miedo, estaba sola en un parque enorme y no sabía cómo volver a casa. Intenté buscar una salida que diese a la calle, pero por el camino se acercó a mí un bulto que hablaba cosas sin sentido. Estaba aterrorizada, las lágrimas caían por mis mejillas y no sabía si volvería a ver a mi familia.

Corrí sin ninguna dirección en concreto, no sabía qué hacer, las lágrimas inundaban mis ojos y no me dejaban ver, el cielo ya se había vuelto negro por completo y las nubes no me dejaban ver la luna.

Noté como una gota impacto en mi cabeza, y luego otra. En un momento ya no me quedaba ni una parte de mi ropa seca. Busqué el parque infantil para resguardarme de la lluvia, allí por lo menos no me mojaría más.

Estaba tiritando hacía viento y al tener la ropa mojada la sensación de frío era mayor. M acurruque en la esquina de la casita a esperar que parase de llover o que alguien me encontrase.

Me quedé dormida y lo primero que recuerdo al despertarme es escuchar la voz de mi madre gritando, una sirena de policía de fondo y mi hermano intentando consolarla.

Abrí los ojos y me encontraba en una camilla portátil en el mismo lugar, tapada por varias mantas. Veía a mi madre gritarle a un policía y mi hermano sujetándola por detrás para calmarla. El policía se marcho y mi madre se derrumbó en el suelo. Agudicé el oído y escuché como decía entre sollozos:

-Tom, nos ha abandonado, nos ha abandonado -más llantos y palabras tranquilizadoras por parte de mi hermano -ha dejado sola tu hermana en un parque, no le bastaba con dejarnos...

Se dio cuenta de que me encontraba despierta y vinieron a abrazarme. De nuevo comencé a llorar, mi padre nos había abandonado.



FIN FLASHBACK



Mientras contaba la historia no había parado de llorar, no sabía qué hacer para consolarla e hice lo primero que pensé, me acerqué a ella y la abracé con todas mis fuerzas.

-Lo siento -le susurré al oído

-No pasa nada, ya lo superé.

Me sentía mal, ella me había contado eso y en comparación con lo mío, lo mío era un juego de niños.

1 comentario:

  1. aissh :(
    Pobrecita Carrie!! VES COMO SI QUE TE HA SALIDO TRISTE!!
    Fuu...esque a mi me hace eso mi padre y no le perdono en la vida! SERÁ MALO PERVERSO Y DEMONIO...jobar...:(
    ¿Que clase de persona seria tan buena con su hija y luego la abandona a la merced de violadores y asesinos en serie sueltos por un parque?
    En fin...Ahora Lucia contará su secreto no? Lo espero ansiosa!
    TEQUIEROOOO BEAAAAA <3

    ResponderEliminar