jueves, 11 de agosto de 2011

Capítulo 8: Lo siento


No tenía más dinero, no podía volver llamarla y que me explicase que es lo que estaba pasando. Por cada segundo que pasaba me mosqueaba más. ¿Quién el que se escuchaba por detrás? ¿Qué hacía mi madre con él? ¿Y qué era lo que no podía esperar? Todo me conducía al mismo pensamiento, pero no veía a mi madre capaz de hacer eso, o al menos eso creía.

Al haberme gastado el dinero en la llamada, iba caminando por las calles de Londres, sin prestar atención a lo que pasaba a mi alrededor. Metida en mi propio mundo, pensando y repitiendo en mi cabeza la conversación que había tenido con mi madre e intentar llegar a una conclusión coherente.

Para colmo noté cómo una gota de agua impactaba en mi cabeza. Eso no me podía estar pasando a mí, alguna anciana me debió de echar un mal de ojo pero en cuanto miré hacia arriba y me encontré a una señora que regaba alegremente las plantas.

Todavía me quedaban unos 15 min de camino hasta mi casa cuando noté unas cuantas gotas, y esta vez no podía ser de un balcón. Y como es casual en mí, yo sin paraguas en una ciudad que si para de llover una semana seguida hay que darle gracias.

Comencé a correr para que la ropa no se me calase y así llegar a casa lo más seca posible, pero para cuando llegué no quedaba ninguna parte de la ropa que estuviese seca. Subí corriendo las escaleras de mi casa preguntando si había alguien en casa y nadie contestaba por lo que supuse que mi padre estaría trabajando.

Dejé todo el camino recorrido por dentro de mi casa empapado. Lo primero que pensaba hacer era coger el móvil para llamar a mi madre y aclarar todas mis dudas, pero al sentir un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo decidí que lo mejor sería una ducha caliente y después llamarla.

La ducha me calmó la tiritona que traía. Cogí el móvil, marqué el número y esperé a que contestara.

-¿Si? -preguntó la voz de mi madre.

-Hola mamá, antes te estaba llamando desde la cabina y se ha agotado el dinero -dije nerviosa. Realmente no sabía si quería saber la contestación a la pregunta que le había hecho.

-No te preocupes -ella también estaba nerviosa -ya solo quería saber que tal el día -me intentó cambiar de tema aún sabiendo cuál era el motivo de la llamada.

-Antes no me has terminado de contestar a la pregunta -dije cortante.

-¿Qué pregunta? -se hizo la loca.

-¿Con quién estabas? - le volví a preguntar.

-Ah, eso...pues... -se notaba que la pregunta la había vuelto a dejar sin respiración -solo era un compañero de trabajo que me estaba esperando para llevarme al hotel porque le pillaba de paso, nada más hija.

-Ah -era bastante creíble y en ese momento preferí creerme esa excusa. Además, si tuviese algo que esconder no hubiese sido más fácil no cogerme el teléfono y ya está.

Seguí hablando con mi madre un rato más, demasiado tiempo como para el que estábamos acostumbradas.



Por fin era viernes, no es que el fin de semana que se me presentaba fuese el mejor o al menos para mi gusto, y por lo menos me sacaba de mi monótona vida en la que se había acabado convirtiendo.

La noche anterior había llamado a Carrie que desde que su hermano la eligió como acompañante para la entrega de premios, no paraba de darme el coñazo con qué vestido íbamos a ponernos. Por eso habíamos quedado ese día, iríamos de compras.

Por lo que había leído en algunas de las invitaciones que había hecho, la gala era de vestido largo y esmoquin, y en la previa entrega solo especificaba que tenía que ser un atuendo formal.

Yo por bagueza y comodidad sólo llevaría un vestido durante toda la noche, al igual que Carrie. No creo que nadie esté pendiente de nosotros teniendo a otros invitados más famosos a los que dedicar su tiempo.

Estuvimos toda la mañana buscando los vestidos perfectos y no encontramos nada que nos sirviera. Paramos para comer algo y después seguir buscando. Se pasó rápida la comida, me estuvo contando historias de cuando era pequeña y no tan pequeña. Nunca me había reído tanto en tan poco tiempo.

Por lo que me contaba era bastante patosa y también despistada, porque solo ella podía hacerse un esguince saltando un escalón de 10 cm o chocarse contra un árbol/señal por ir mirando distraída hacia otro lado. Bueno la verdad que eso le ha pasado a todo el mundo alguna vez, admitirlo.

Era increíble como en unos pocos días se había convertido en alguien tan importante para mí. Había conseguido que le contase cosas de mí que nadie sabía. Había conseguido ganarse mi confianza y ya la consideraba como la amiga que nunca tuve.

Pagamos la cuenta y salimos de nuevo a la calle en busca de nuestros vestidos.

Mientras mirábamos los escaparates y las tiendas comenzamos a hablar de otro tema del que no me sentía cómoda hablando.

-Me siento muy alagada por saber que soy la única en quien confías para contarle eso –dijo todavía sin creérselo -¿de verdad que ninguna de tus amigas lo sabe?

-Sí, es verdad.

-¿No confías en ellas?

-No es eso, es complicado –concluí, pero la cara de Carrie me incitaba a que le explicase el por qué –Hace mucho tiempo que no tengo una amiga de verdad, tengo “amigas” pero no puedo contarles nada sin que se entere medio país o que me juzguen.

-¿Y por qué te juntas con ellas si realmente no te caen bien?

-Porque según mi padre son las que me convienen.

-No entiendo –me dijo algo confundida.

-Para mi padre es muy importante la “clase social”, no puedo juntarme con otras personas por si perjudica a su prestigio y al de la empresa –le expliqué.

-¿Y tú lo consientes, quiero decir, dejas que elija tus amistades?

-Hasta ahora sí, pero eso ya se acabó. No voy a dejar que me maneje como a un títere y… -sonó mi teléfono y vi que en la pantalla del teléfono ponía “Mensaje nuevo” –Espera –le dije a Carrie para poder leer el mensaje.

El mensaje era de mi madre y supuse que sería para avisarnos de cuando volvía. No sabía cuánto me equivocaba. Abrí el mensaje que me descolocó por completo.

“Lo siento. Te quiero.”

¿Qué quería decir con eso? No entiendo el por qué de ese mensaje.

-¿Ocurre algo?- me preguntó Carrie al ver mi reacción.

-No, tranquila.

Llamé a mi madre para pedir una explicación. Esto de pedir explicaciones se estaba convirtiendo en una costumbre. Esperé escuchando el pitido que indicaba que tenía señal hasta que sonó el contestador. Volví a repetir la misma acción pero con la diferencia de que tras unos pitidos, me salió que estaba ocupado, lo que significaba que me había colgado.

-¿Seguro que todo está bien? No tienes buena cara –me dijo Carrie.

-No, de verdad que no pasa nada –dije para que no se preocupase.

La verdad que era extraño el mensaje, pero sería algo sin importancia o como son todos los padres, que todavía no se aclaran cuando tienen que escribir un mensaje.

Al terminar la tarde ya habíamos encontrado nuestros vestidos. Carrie se compró un vestido de tirantes con la espalda al descubierto, de color azul oscuro. Yo me compré uno de palabra de honor entallado hasta la cintura y hasta los pies con un poco más de vuelo, de color morado difuminándose a un color lila según avanzaba hasta el final.

Satisfechas con nuestras compras, nos despedimos y cada una puso rumbo hasta su casa, sabiendo que al día siguiente nos volveríamos a ver en la entrega de premios.

Cuando estaba en frente de mi casa vi que el coche de mi padre estaba aparcado en la puerta. Entre y lo primero que escuche fue un grito por parte de mi padre. Subí corriendo hasta donde procedía la voz y me di cuenta de que hablaba con alguien.

Estaba la puerta cerrada. Me acerqué lo máximo que pude a ella para escuchar lo que mi padre hablaba.

-No nos puedes hacer esto… ¿te has parado a pensar lo que esto supondrá para ella?... ya veo que no… -hubo una pausa larga -¿te lo has planteado bien?

Siguieron durante dos largas horas de las que yo solo había escuchado los primeros minutos. No conseguía entenderlo, pero más bien no quería porque podría haber bajado y descolgar el teléfono para enterarme de todo. No tuve el valor suficiente para hacerlo, algo dentro de mi me dacia que algo malo se avecinaba.

Cuando terminaron escuche como la voz de mi padre me llamaba. Salí corriendo de mi cuarto para encontrarme con él. ¿Estaba llorando realmente? Alargó el brazo y me dio el teléfono.

-¿Sí?

-Siento lo que estoy haciendo, no me odies por esto. Te quiero. –me dijo mi madre llorando, no me dio tiempo a contestarla, ya había colgado.

Ahora sí que no entendía nada, ¿Qué es lo que sentía mi madre? Lo primero que se me ocurrió fue que se tendría que quedar más días y le pregunte a mi padre. El dijo:

- Tu madre nos ha abandonado

En ese momento note como la humedad de las lagrimas recorrían mi mejilla. De la única forma que pude reaccionar fue salir corriendo hacia mi cuarto y tirarme encima de la cama para continuar llorando.

No me podía creer lo que me estaba pasando, empecé a atar cables sueltos. Me di cuenta de que mi madre nunca tenia viajes de negocios. Comprendí porque al salir de mi cuarto hacia unos días estaba llorando. Pero si la daba tanta pena dejarme aquí ¿Por qué lo había hecho? ¿Porque me había dejado con mi padre? Sabía que mi padre era el causante de su huida.

Mi padre se estaba acercando, oía sus pasos y de repente se abrió la puerta y dijo casi susurrando.

-Lo siento. No he podido hacer nada.

-No es verdad, si que has podido. Siempre has podido, pero primero está tu trabajo –le grité –lo que ha hecho que mamá se vaya es tu forma de ser y la forma en que has cambiado. DAS ASCO.

En ese instante noté como la mano de mi padre impacto en mi mejilla. Le miré con odio y puse mi mano en la mejilla.

Más lágrimas comenzaron a caer. No sabía cómo reaccionar ante eso. Y mi reacción fue la misma que la anterior. Salí corriendo hacia mi cuarto, cogí el móvil y empecé a llamar a mi madre, pero no me lo cogía. La segunda vez le deje un mensaje en el contestador.

-Mamá ¿por qué me has dejado con él? Me ha pegado. Quiero salir de esta casa, no soportaré vivir con él. Po favor vuelve conmigo. Te lo suplico –dije llorando.

Unos pocos minutos después de haberle dejado el mensaje me contesto con un sms en el que ponía:

“Tu padre nunca te haría eso, no a ti. Lo siento, pero no puedo volver, perdóname. Te quiero, nunca lo olvides.”

No podía ser verdad, no se creía lo que le contaba, intente llamarla de nuevo pero el teléfono estaba apagado. Decidí contestarla.

“Por favor, créeme. Me ha pegado, quiero irme de aquí.

Si había sido capaz de dejarme aquí es que no me quería lo suficiente como para seguir teniéndola en mi pensamiento…Desde ahora no tenía madre.

2 comentarios:

  1. JOBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!!!!!!!:(
    Con la foto tan GRR que has puesto de su padre y ahora tengo que odiarle por ASQUEROSO! que rabia!!!
    ¿Como puede pegarle?¿como?¿Esque no es suficiente el dolor que tiene Lucia que aún tiene que hacerlo peor? LE ODIO
    Y SU MADRE...eso no es un madre ni es nada, un madre que enverdad ama a su hija se la llevaría con ella, es una cobarde y una inutil, no se merece el cariño de Lucia.
    Yo pensaria lo mismo que ella...ahora no tiene ni padre ni madre, Huerfana.(pero como la tia de la peli la huerfana no eh...puff q acojone)
    CARRIE ES UN AMOR! AISSH me encanta que sean BEST FRIENDS...Y creo saber cual es la parte que te recuerda a nosotras :$ JAJAJAJA
    aisssssssssssssssssssssh
    TE QUIERO BEOCHA!!!! Y SUBE PRONTO OTRO!!!!
    (Yo nunca me estambé contra un árbol, pero si contra una pared xD)

    ResponderEliminar
  2. 4:16 y aqui sigo JAJAJJAJAJAJAJ
    Peasoo cabrona noo? uchá la tia... ¡ALA! te voy a dejar el comentario en cani!! jajajajaja

    ℓaaA мareeeEeeeeeEн* eEeS ùÚηAн pEdaAazo de soooIII Pυтa iii мι ×O×ιтoh ℓoooh DιSғrυтa No0o?

    ♠♦ I poooKEEeh ℓEEe Pega sυ paEh ♥*?? !¡! ×aA Sι Keëнн! eSтá Sιηη ηaaDιEe qQE LaaH aмee :( ! ☆★☆★ ¡¡aaAAaA × se мeeE oℓvιDAвaaA тoooм! * para kkkúυAAaAAηηdÓóóнн eeer pιη×oтeo? ♣¡мace ғAaAℓтa aAaccιoooη iah. ♣☆★ тιEηEeE тaℓ q pAsaaAaaaaAAaaaAaaaaAaaAaAa aaℓgooOнн eeeηтrE eeeeellooooH eEEη sннaaa ☆★ ғιEsтAcaaa neeeeeeN!

    ModoCaniOff. aii como cansa xD espero que lo hayas entendido jajajaja yy nada espero el siguiente con ganaaaas :D

    ♥ツ тEee aaaмOOнн..* **

    ResponderEliminar